Últimamente me siento bastante sola en la oficina, me siento, hago mi trabajo, me tomo mi descanso y mi maravilloso café , vuelvo al trabajo. A veces ¡¡ hasta hablo sola !!, lo único que me libra de no pegarme siete horas sin decir ni pió, es que de vez en cuando, suena el teléfono.

Hoy hasta me ha entrado nostalgia, porque he tenido que arrancar a Desesperación. Ah! Desesperación, ya no me acordaba de porque te llamé así... ¡¡ POR FAVOR ES QUE ES DESESPERANTE ARRANCARTE !!.

Por supuesto estoy hablando de un ordenador, es el más viejo que tenemos en Tecdig, y con el cual yo empecé mis aventuras en esta oficina (en el fondo le tengo cariño, pero lo odio a rabiar).

Es un ordenador viejuno, con windows xp, con el que solo puedes usar un sólo programa a la vez, pero que ahí está, por si acaso viene alguien más (lo cual dudo), o en un momento determinado hay que usarlo de apoyo (esto también lo dudo). Aunque mucho apoyo no da, más bien te desespera, y hace que te alteres de una manera descomunal.

Mientras arranca,  puedes ir a tomar el café, publicar una web entera, atender a la fauna salvaje atacante, y muchos más bla bla bla que a lo que vuelvas aún estará arrancando. En definitiva, desesperante. Creo que hice bien en llamarte así.

Hablando de cacharros viejos, también tengo a Patata Frita (Patata o Patatica), que es el ordenador de la Reina, y que ahí lo tengo, de soporte por si acaso hay que recuperar webs viejunas que yo ya ni he visto. Patatica es un windows 7, que va a medio gas, es decir funcionar funciona y se puede trabajar, sólo que tardas el doble (pensar que con Desesperación tardaría en entregar un proyecto el doble del doble del doble). Básicamente cuando se le mete mucha tralla, se colapsa mentalmente y le cuesta reaccionar.

Como podéis ver convivo rodeada de cacharros viejunos, menos Tortuga Veloz, que es mi ordenador, por suerte nuevecito, y con un odioso windows 10.

Y entonces... ¿por qué Tortuga? ¿por qué Veloz?, las tortugas no son veloces, no, ya lo sé, pero fue lo primero que se me vino a la cabeza, porque es lento para arrancar cual tortuga, pero veloz cual liebre a la hora de trabajar (una vez que arranca todos los servicios, claro está). De ahí mi maravillosa fusión de Tortuga Veloz.

En definitiva que tengo tres ordenadores compañeros más en la oficina, dos para estamparlos contra el suelo y uno (por suerte) para trabajar como es debido.